Capitalismo basado en datos
Juan López Páez
"si no eres el cliente, eres el producto”
Al comprender los datos como una forma de capital acumulable, entendida la acumulación en términos de extracción sin consentimiento ni compensación, así podemos analizar mejor el significado, las prácticas y las implicaciones de explotación y extracción de plusvalía de la “datificación” como parte del modo de producción capitalista dominante referida a la cuantificación de la vida humana a través de información digital.
El imperativo de capturar todos los datos, de todas las fuentes, por cualquier medio posible influye en muchas decisiones clave sobre modelos de negocios, la gobernanza política y desarrollo tecnológico. La datificación, como la financiarización antes que ella, es una nueva frontera de acumulación de capital y el siguiente paso en el desarrollo del capitalismo en su lucha por evitar la caída tendencial de la tasa de ganancia a largo plazo.
Oracle, una de las mayores empresas de software del mundo da la pauta: “Para tener éxito, los directores ejecutivos deben adoptar la idea de que los datos son, de hecho, un nuevo tipo de capital a la par del capital financiero para crear nuevos productos y servicios. Y no es sólo una metáfora; los datos cumplen la definición literal de capital que aparece en los libros de texto" (2017)
Siemens, ilustra la lógica: ““Vivimos en un universo de datos que no solo aumenta en volumen, sino también en importancia cada día. La cuestión de cómo generar valor comercial a partir de ellos se vuelve cada vez más esencial para nosotros. Necesitamos entender que los datos están en todas partes y se generan cada segundo del día. Necesitamos entender los datos como un activo y convertirlos en valor” (2014)
Comúnmente los datos se entienden como la materia prima producida que la humanidad ha venido haciendo desde la aparición de los símbolos y la escritura, mediante la abstracción del mundo en categorías, medidas y otras formas de representación (números, caracteres, símbolos, imágenes, sonidos, ondas electromagnéticas, bits) que constituyen los bloques de construcción a partir de los cuales se crea la información y el conocimiento. Pueden registrarse y almacenarse en forma analógica o codificarse en forma digital como bits (dígitos binarios).
Datificar un fenómeno o una conducta es definido por Mayer-Schönberger y Cukier (2013) como: “ponerlo en forma cuantificada para que pueda ser tabulado y analizado”. Por ello para analizar mejor la naturaleza y la dinámica del capitalismo digital contemporáneo, establecer la distinción entre capital y mercancía es importante, no nos podemos detener en valorar los datos solamente como una “mercancía”, sino conocer los imperativos que motivan a las empresas contemporáneas (tasa de beneficio) aquellas formas en que se puede extraer “valor” de los datos a través de la venta de datos como mercancía o bien la incorporación de datos como recurso o “factor de producción”
Jathan Sadowski en “Too Smart: How Digital Capitalism is Extracting Data, Controlling Our Lives and Taking Over the World” (2020) lo plantea:
“En lugar de concebir a la recolección de datos simplemente como una manera de producir y obtener mercancías que de alguna manera serán convertidas en valores monetarios, la datificación toma forma como un régimen de economía política motivado por la lógica de la acumulación y circulación perpetua de capital (datos)”
La datificación combina dos procesos: la transformación de la vida humana en datos a través de procesos de cuantificación (captura) y la generación de diferentes tipos de valor a partir de los datos como los procesos de monetización al vender productos o servicios a las personas usuarias o al vender los datos a actores que desean influir o persuadir.
Como marxistas analizamos qué forma económica representan los datos, la dinámica del trabajo digital y la extracción de valor. Los datos se presentan como una materia prima digital –capital constante– necesaria para la producción de mercancías desde el "hogar inteligente" hasta la "ciudad inteligente", desde las finanzas hasta la gobernanza, la producción hasta la distribución, de los dispositivos de consumo hasta los sistemas empresariales.
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Un precedente a las plataformas cibernéticas, la serie icónica de los 80, en donde las cadenas televisivas formaban una ambiciosa oligarquía en donde el único objetivo era mantener los ratings y vender sus productos, una sociedad en la que todo pasa por la televisión, llegándose incluso a elegir un presidente a través de un sistema en el que cada candidato es auspiciado por una canal y el ganador es aquel cuya cadena haya logrado mayor rating.
Carácter extractivista de la exploración (minería) de datos
El capitalismo fiel a su tradición extractivista global desde sus orígenes hasta nuestros días, es capaz de sacar hasta la última gota de aceite de la alcuza. Comprender la intensificación y expansión de las industrias extractivas en el capitalismo contemporáneo requiere un enfoque atento no sólo a las formas literales de extracción que prevalecen en la minería y la agroindustria, sino también a los nuevos frentes de extracción que surgen en actividades como en la detección de datos (data mining) que nos ocupa, y el biocapitalismo (que afronta el “welfare”, aquellas políticas de asistencia que acompañan al ser humano por toda la vida), para convertir ambas actividades en elementos de valor extraible.
Los datos son para este siglo lo que el petróleo fue para el siglo pasado: un motor de crecimiento y cambio. Los flujos de datos han creado nuevas infraestructuras, nuevos negocios, nuevos monopolios, nuevas políticas y, fundamentalmente, nuevas industrias. La información digital no se parece a ningún otro recurso anterior: se extrae, se refina, se transporta, se valora, se compra y se vende de diferentes maneras. Cambia las reglas de los mercados y exige nuevos enfoques por parte de los reguladores, nuevas batallas sobre la posesión de los datos y el beneficio de ellos.
IDC, firma de investigación de mercado, predice que el “universo digital” (los datos creados y copiados cada año) alcanzará los 180 zettabytes (180 seguidos de 21 ceros) en 2025. Enviar todo eso a través de una conexión a Internet de banda ancha llevaría más de 450 millones de años. Para acelerar la transferencia a sus centros de datos, Amazon con una división de computación en la nube en rápido crecimiento, utiliza “vagones” que arrastran contenedores de envío, cada uno lleno de dispositivos de almacenamiento con capacidad para 100 petabytes (apenas 15 ceros). Para ingerirlo todo, las empresas están construyendo rápidamente “refinerías” de datos (capital fijo). En 2016, Amazon, Alphabet y Microsoft juntas acumularon casi 32.000 millones de dólares en gastos de capital y arrendamientos de capital, un 22% más que el año anterior, según el Wall Street Journal.
La manufactura de datos.
Las empresas alimentan la retórica según la cual los datos son una especie de “recurso natural” disponible para que cualquiera los extraiga. Al hacerlo, reclaman todos los aspectos de la realidad para transformarlos en datos, apropiárselos y así obtener ganancias, con lo que ocultan que el proceso de generación de datos resulta del trabajo digital particular de los individuos que hacen clic en Wikipedia, publican en Instagram, replican en X, o buscan una receta en Google, bajan una canción en Spotify, y todas las demás cosas que hacemos que originan datos y sobre las que se datifica, un ejemplo ostensible, la portada de The Economist que proclama “El recurso más valioso del mundo” sobre una ilustración de plataformas petroleras en alta mar etiquetadas con los nombres de las principales plataformas digitales como Facebook, Google y Uber, presumiblemente perforando en un océano de datos.
Rasgos predominantes en la economía política de los datos
Son valiosos y crean valor. Los activos intangibles, como la reputación de una marca, la propiedad intelectual (PI) y los datos corporativos y de los clientes, suponen aproximadamente el 90% del valor de un negocio en la actualidad, los datos son la moneda de la transformación digital y se deprecian porque pierden valor a largo plazo.
Las industrias centradas en la tecnología, la infraestructura, las finanzas, la fabricación, los seguros y la energía ahora tratan los datos como una forma de capital, gigantes industriales como General Electric y Siemens ahora se venden como empresas de datos. En resumen, los datos –y la acumulación de datos– son un componente central de la economía política en el siglo XXI.
La circulación y la extracción de datos es hoy un elemento central de sectores del capitalismo contemporáneo. La recolección de datos está impulsada por el ciclo perpetuo de acumulación de capital, es la transición hacia una nueva forma de capital y nuevos métodos de acumulación, la datificación es una nueva etapa en el capitalismo contemporáneo. Múltiples autores han acuñado distintos términos para referirse a la relación entre los datos y el capitalismo: capitalismo de vigilancia (Foster y McChesney, Zuboff), capitalismo informacional (Fuchs), capitalismo comunicativo (Dean), capitalismo de plataformas (Srnicek), destacamos:
a)Capitalismo de plataformas, en el que Nick Srnicek se centra en el auge de las plataformas como la nueva tecnología para extraer, procesar y analizar datos y proteger su propia posición estratégica dentro de los ecosistemas de valor.
Las plataformas se han convertido en una fuente central de generación de ganancias y ventaja competitiva en la economía digital. Cada una de las últimas tres recesiones (1990-91, 2000-02 y 2007-09) fue seguida no sólo por una “recuperación sin empleo”, sino también por una nueva etapa en el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación en red: la World Wide Web, la llamada “Web 2.0”, y la conectividad omnipresente a Internet móvil.
Cada etapa incluyó experimentos con nuevas formas capitalistas de creación y extracción de valor frente a un crecimiento económico menguante, unido a la búsqueda de orquestar mercados mediante la optimización de la distribución de información (o su sustituto: los datos), así como la gestión y predicción del comportamiento humano (a través del análisis de datos). Cada etapa, entonces, puede entenderse como una articulación particular pero acumulativa de la economía conductual con la razón cibernética.
Srnicek ofrece una descripción útil de las plataformas como un nuevo tipo de empresa que posee y administra una infraestructura computacional que intermedia entre diferentes grupos de usuarios y gobierna sus posibilidades de interacción, al tiempo que “muestra tendencias monopólicas impulsadas por efectos de red”
b)Los sistemas de datos pueden llegar a representar relaciones de inequidad, extracción y explotación. Shoshana Zuboff sostiene que lo que vivimos es una nueva etapa del “Capitalismo de la vigilancia” (2016), en la cual la experiencia humana se convierte en la materia prima que produce los datos de comportamiento utilizados para influir e incluso predecir nuestras acciones. El término “datos” debería sustituirse por otro término latino, “capta”⎯lo que se captura⎯, para referirse a cómo, en la práctica, se recogen. Un medio para “acceder y supervisar el comportamiento de las personas”. Una etapa en la cual la experiencia humana se convierte en la materia prima que produce los datos de comportamiento utilizados para influir e incluso predecir nuestras acciones.
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