Occidente propone guerra, Rusia y China tratan de evitarla

Occidente propone guerra, Rusia y China tratan de evitarla

Los gobiernos de EE.UU. y el R.U. no quieren oír hablar de paz, siguen soñando con derrotar y balcanizar a Rusia y detener el desarrollo de China para desestabilizarlo internamente, provocando un gran caos global.





Ruben Darío Guzzetti 12 de julio de 2024


Finalizó la cumbre de la OTAN, en Washington, donde se conmemoró el setenta y cinco aniversario de su creación. Los resultados fueron más de lo mismo. EE.UU., el R.U. y sus socios europeos redoblaron la apuesta de guerra total. El documento final declara enemigos a la Federación de Rusia, la República Popular de China, la República Islámica de Irán y la República Democrática Popular de Corea. La acusación directa a China como facilitador de la guerra en Ucrania, apoyando a Rusia, demuestra la intensión de la organización de crear una corriente de opinión publica global contra el país del centro, para luego aventurarse al enfrentamiento.

La reunión fue coronada por el anuncio del presidente Biden de un nuevo paquete de ayuda a Kiev por U$S 225 millones y la decisión de instalar misiles de largo alcance en Alemania a partir de 2026. De paz, dialogo, negociaciones, ni una palabra.

La receta es la misma, provocar a las potencias emergentes y reemergentes, sobre todo a Rusia para forzarla a un escalamiento militar y luego demonizarla como la causante del desastre.

Occidente se prepara para la guerra, los emergentes para el desarrollo en paz, intentando continuar cambiando la relación de fuerzas para en algún momento sentar a Occidente en una mesa de negociaciones.

A los fondos de inversión, las calificadoras de riesgo, los grandes bancos, las empresas transnacionales, el complejo militar, industrial y financiero y en general al conjunto de actores económicos y financieros que mediante la especulación se benefician con el saqueo abierto de

las riquezas de los pueblos, se le agotaron los recursos legales para evitar el mundo que viene, solo le queda la guerra.

El capitalismo, “bueno” o “malo”, solo tiene para ofrecer caos, guerras, hambre, desigualdad y maltusianismo social. La Argentina hoy es un espejo donde se deberían mirar los que todavía sostienen que este sistema de producción y distribución puede solucionar algún problema, más allá de una concentración y acumulación de riqueza, cada vez en menos manos.

El escenario que muestran los países centrales y periféricos de Occidente es degradación de la vida y muerte. Al sueño americano llegó “The End”. La única solución que plantean es la renuncia a la soberanía del resto de los países, o guerra total para eliminar la mayor parte de la humanidad y volver a empezar preservando sus privilegios, explotando a los que queden y a la naturaleza.

La degradación de sus sistemas y gobiernos nos sorprende a diario. Mientras el presidente de EE.UU. confunde a Putin con Zelenski y a su principal candidato opositor con su vice presidenta, los líderes europeos continúan arrodillados ante las políticas de la Casa Blanca y el Pentágono ignorando el sentido del voto de sus pueblos que reclaman contra la crisis económica-social y por el fin de la guerra y sus consecuencias.

El capitalismo, que tuvo su etapa de enorme desarrollo de las fuerzas productivas, hoy en todas sus versiones se ha convertido en una desgracia para el género humano, no resuelve ninguno de los problemas planteados, más bien los agrava todos.

Hungría acaba de asumir la presidencia pro tempore del Consejo Europeo por 6 meses. Apenas iniciado el mandato, su premier, Viktor Orban, emprendió una gira relámpago visitando Kiev, Moscú, Beijing y Washington. Esta última parada con motivo de la reunión de la OTAN, de la cual Hungría forma parte. El motivo de la gira fue establecer algunos puentes de diálogo para terminar con la guerra en Ucrania. Se reunió con Zelenski, Putin, Xi, y con Trunp y Erdogan en EE.UU. La reacción de los guerreristas del Pentágono y sus degradados socios europeos fue denostar a Orban amenazando a Hungría con retirarle su representación temporaria.

Los gobiernos de EE.UU. y el R.U. no quieren oír hablar de paz, siguen soñando con derrotar y balcanizar a Rusia y detener el desarrollo de China para desestabilizarla internamente, provocando un gran caos global.

Pero el mundo no es solo Occidente, ni mucho menos, solo representa el 15% de la población mundial.

Otro mundo ya existe

Mientras tanto los países emergentes y reemergentes continúan con su agenda poli céntrica.

El 18 de junio el presidente Putin, ante el conjunto de funcionarios del servicio exterior de la Federación, reitero la génesis del conflicto en Ucrania y presento una iniciativa para alcanzar la paz. La misma tiene como puntos relevantes el retiro de las fuerzas ucranianas de Lugansk, Donesk, Zaporozhye y Jerson, la neutralidad de Ucrania y la no integración de esta a la OTAN, la desmilitarización, la desnazificación y el regreso a los acuerdos de Minsk y la base de lo establecido por ambos países en Estambul en marzo de 2022.

Asimismo, en la ciudad de San Petersburgo se acaba de desarrollar el X encuentro parlamentario de los miembros del BRICS. En el mismo se acordó avanzar en el proceso de desdolarización en los intercambios comerciales, y afianzar la cooperación y el respeto mutuo.

También en los primeros días de este mes se llevó a cabo en Astaná, ex capital de Kazajistán, la reunión anual de los países que integran la Organización Cooperación de Shanghái. En esta oportunidad se admitió como nuevo socio pleno a Bielorrusia, completando la primera decena de miembros.

En el conclave el presidente Putin pronunció un discurso del cual se destacan los siguientes puntos: Llamó a tener en cuenta los intereses de cada miembro y a confiar en la democracia como principio de interacción entre los países BRICS. Destacó al BRICS como uno de los elementos clave del nuevo orden mundial. También se refirió a la resistencia de los países occidentales al nuevo orden. Manifestó que Occidente está tratando de reemplazar el derecho internacional con las mejores tradiciones del colonialismo clásico. Por último admitió que el proceso de instalación del nuevo orden es complejo y doloroso, Rusia lo comprende y trabaja para reducir las consecuencias.

Allí se reforzaron los acuerdos de seguridad regional, la cooperación, las relaciones comerciales y la integración con otras iniciativas tales como la Unión Económica Euroasiática, la Nueva Ruta de la Seda, el BRICS y el nuevo corredor de Transporte Internacional Norte-Sur (INST, por sus siglas en inglés) que va desde Mumbai en India, pasando por los puerto de Chabahar y Bandar Abbas, y la ciudad de Teherán en Irán, de ahí arriba a Bakú en Azerbaiyán, para luego atravesar el Mar Caspio y llegar a Moscú.

En esos mismos días en Beijing se conmemoró el 70 aniversario de la presentación de los 5 principios de coexistencia pacífica en 1954, ante el gobierno de la India y Myanmar, que al año siguiente fuera un aporte esencial para la creación del grupo de países “No Alineado” en la reunión de Bandung, Indonesia. En dicho evento el presidente Xi pronunció un discurso donde apeló una vez más a la paz y al desarrollo pacífico como factor necesario para la construcción de una comunidad global de futuro compartido.

Es de destacar la trascendental gira del presidente Putin a la RDPC y a Vietnam y la visita que recibió en Moscú del recién reelecto premier indio Narenda Modi, donde ambos administraciones estrecharon relaciones y destacaron el crecimiento de los vínculos comerciales en monedas locales por fuera del dólar. El intercambio entre los dos países pasó de U$S 8100 millones en el año 2021 a 65000 en 2023. También se firmaron acuerdos en farmacología, emprendimientos espaciales, cooperación militar, explotación petrolera y coincidencias financieras. Todo lo cual ha despertado la preocupación de EE.UU. y el R.U. que amenazaron con sanciones al país de Gandhi y Nehru.

La transición al nuevo orden continúa siendo traumática y peligrosa. En cierto sentido atravesamos un periodo de alta peligrosidad similar al transcurrido entre 1945 y 1949 cuando solo EE.UU. poseía el arma nuclear. Ahora, si bien Rusia ha desarrollado armas convencionales que Occidente no posee, como los misiles hipersónicos, está por detrás en la construcción de algunos equipos lo cual no solo lo pone en desventaja sino que altera el equilibrio de fuerzas aumentando el riesgo para toda la humanidad. Según explico días pasados el experto Ted Postol i solo EE.UU. posee el sistema para observar desde el espacio ataques misilísticos mediante orbitas asincrónicas, lo cual reduce los tiempos de detección. Rusia está desarrollando el sistema pero todavía le insumirá alrededor de 15 meses contar con ese medio.

En el tránsito del orden-desorden al nuevo orden se instala con mayor preponderancia el concepto llamado “crono geopolítica”, es decir la incidencia del tiempo en esta disputa hegemónica entre los que buscan conservar un unipolarismo destructor y las fuerzas que proponen y ya están construyendo un poli centrismo multi civilizatorio.

A Occidente se le acaba el tiempo para torcer la historia, perdió la disputa en términos económicos y comerciales, su debilitamiento es notorio en el ámbito financiero y tecnológico, su poderío militar esta desafiado por países mucho más pequeños como el grupo Ansarolá en el Mar Rojo o los países africanos que le ponen límite a las potencias coloniales y logran acuerdos defensivos como los alcanzados entre Mali, Burkina Faso y Níger en el Sahel.

Sus dos ases indiscutibles están en declive: por un lado la poderosa propaganda que enfrenta un desprestigio acelerado cuando los gobiernos de los países líderes quedan sosteniendo genocidios como el que sufre el pueblo palestino a manos del gobierno asesino de Israel o saqueando países mediante el FMI, el cual sigue controlado por las potencias imperiales. Y por otro lado asistimos a la pérdida de influencia del otro tótem, el dólar. Día a día vemos como distintos países del sur global elevan el porcentaje de intercambios comerciales en monedas propias. Encabezan el ranking Rusia y China con el 90 % de su comercio interestatal en rublos y yuanes. Pero también Rusia e India, Arabia Saudita y China, Irán y China, etc. Arabia Saudita acaba de decidir no renovar el histórico acuerdo con EE.UU. donde se comprometía a vender su petróleo solo en dólares a cambio de protección militar.

Se acabaron los tiempos donde el imperio derrocaba gobiernos y asesinaba presidentes que osaban vender sus productos en otras monedas, como le ocurrió a Sadam Hussein en 2003 y a Muhammad Gadafi en 2011.

Nuestra América busca un lugar en la historia

Asistimos al nacimiento de un nuevo mundo, nuestra América sigue siendo un territorio de lucha y resistencia. Los pueblos van marcando el rumbo. Los procesos que se desarrollan en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Méjico, Honduras, Colombia, Bolivia y Brasil, con sus diferencias y dificultades, muestran el camino.

Es una época de definiciones, fortalecer la solidaridad, el antimperialismo, denunciar al imperio y sus cipayos, apoyar a la Federación de Rusia como baluarte contra el nuevo fascismo, la cara más violenta del poder concentrado, participar activamente en la batalla cultural conociendo y explicando las razones de China, y participar en las luchas que da nuestro pueblo por defenderse, y en algún momento pasar a la ofensiva, contra un gobierno entreguista, antipopular y antinacional, se torna impostergable.

Los pueblos venimos avanzando en identificar a los responsables del desastre humanitario global, pero todavía no se ve la causa profunda que no es otro que un sistema inhumano, anti democrático y destructor.



Es necesario retomar banderas que supimos atesorar y que casi 50 años de neoliberalismo se ocuparon de debilitar y hasta excluir de nuestro vocabulario y acción. Este desastre que ha hecho el neoliberalismo capitalista en la sociedad mundial, y especialmente en algunos países como el nuestro, debe ser reemplazado por una propuesta superadora, para algunos eso se

llama “socialismo”, lo importante es estar abiertos al debate con sinceridad, grandeza y conocimientos, abrazando el análisis dialéctico evitando el binarismo cegador.

En nuestro país la tarea es salir cuanto antes de esta pesadilla a que nos llevó un puñado de especuladores insensibles y un coro de cipayos acomodaticios que gobiernan a nombre del gran capital financiero y un pequeño grupo de empresas transnacionales.

En definitiva se impone una tarea combinada; la lucha por la paz a nivel internacional con las luchas locales por recuperar derechos, y la imprescindible unidad regional de la patria grande.



CEFMA- IADEG-IDEAL




i Theodore A. Postol es profesor emérito de Ciencia, Tecnología y Seguridad Internacional en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Antes de su trabajo en el MIT, trabajó en el Laboratorio Nacional de Argonne, el Pentágono y la Universidad de Stanford.

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