El poder blando de China y los BRICS+



Juan López Páez

Área de China CEFMA


“el poder blando se logra cuando otras naciones admiran y quieren emular aspectos de otra civilización-nación”

 Lee Kuan Yew, Primer Ministro de Sin irgapur


La modernidad al estilo occidental de hoy será muy diferente de la que conoceremos en el futuro, integrantes de los BRICS+: China, India, Brasil e Indonesia (país socio), por tomar cuatro ejemplos representativos, están en proceso de ascenso como economías emergentes y difieren en sus características fundamentales respecto a la forma como el Occidente anglosajón dominante ha proyectado en términos generales la política exterior global. Occidente encuentra dificultades para imaginar el escenario multipolar futuro que se ha fraguado.



 El progreso ha sido invariablemente definido por Occidente en términos de “grados de occidentalización”, e inclusive el mundo construido unipolar “pone en claro cuáles son las políticas deseables” por lo que es inconcebible que China se convierta en una nación al estilo occidental de la manera asimilada culturalmente, China es el producto de una historia y cultura milenarias que tiene poco o nada en común con la visión occidental, además direccionada por el Partido Comunista bajo los principios del marxismo leninismo en el camino hacia el socialismo. Es por ello que el ascenso de la civilización sínica en el concierto internacional no se puede entender solo desde su crecimiento económico, sino también desde las características que le confiere su historia y su cultura. Sin esa comprensión, no se puede concebir en Occidente cómo China incorpora y permite nuevas formas, estilos y desarrollos en beneficio del pueblo chino y cómo agencia la contradicción que provoca en Occidente.

Tipos de poder y dominación 

Dentro de los límites del poder, de los intereses nacionales, de la hegemonía en los ámbitos político y económico hagamos unas distinciones básicas: Poder, que sólo desempeña una función efectiva en las relaciones interestatales conflictivas, "capacidad de hacer, producir o destruir" (R. Aron), Influencia que puede desarrollarse tanto entre las relaciones conflictivas como entre las cooperativas, el concepto de Hegemonía donde el actor emplea su poder mediante la imposición y el dominio con el fin de mantener o modificar el orden internacional imperante en algunas de las estructuras o en todas ellas (Doctrina Monroe). Se basa en tres atributos: una economía grande y en crecimiento; un dominio en los principales sectores tecnológicos o económicos y un poder político respaldado por el poder militar, la lógica de la conducta hegemónica desemboca en el Intervencionismo (Corolario Roosevelt).

Existe la diferencia entre los dos tipos de poder que se ejercen en la economía internacional: el Poder relacional que hace referencia al poder tal y como lo entiende la escuela realista de las relaciones internacionales; es decir, a la capacidad de A de hacer que B haga algo que no haría si A no existiera, y el Poder estructural, conceptualizado por la académica inglesa Susan Strange (1923-1998) en “States and Markets” , es la capacidad de estar en el centro del sistema y diseñar las “reglas del juego” en las que operan el resto de actores. Es un poder que también permite vivir de rentas: te beneficias por el mero hecho de estar en el centro. 

El poder financiero estructural es la capacidad de proyectar preferencias y cargas macroeconómicas sobre otros estados, ayuda a entender el comportamiento de Alemania ante la crisis del euro. Alemania logró imponer juntos a los países “frugales” del norte de la UE su interpretación de la crisis, según la cual el problema es el exceso de gasto y la baja competitividad en los países del Sur y, por tanto, la solución pasa por la austeridad y las reformas estructurales en los países periféricos. Otro ejemplo palpable es el privilegio de EEUU: controla la moneda mundial de intercambio (el dólar) y la Reserva Federal norteamericana ejerce como banco central del mundo.

Poder duro (hard power) consiste en modificar el comportamiento de otros Estados mediante el uso o la amenaza del poder militar, o la presión económica, las páginas de historia están plagadas de los casos de las invasiones realizadas por el ejército de EEUU desde 1775-1776.

Como contrapuesto, el término “Poder blando” (soft power) introducido en la doctrina estratégica mundial por el politólogo de Harvard y ex director de la Kennedy School of Government, Joseph Nye, ex Subsecretario de Defensa para Asuntos de Seguridad Internacional de EEUU en su libro “Bound to lead: The changing nature of American Power” , es un concepto muy utilizado para analizar las relaciones internacionales. 

El poder blando busca persuadir, más que obligar, a otros Estados. Así, el poder blando es mucho menos tangible que el duro: se basa en la imagen de un país y su sociedad, el alcance de su diplomacia, sus manifestaciones culturales —como el cine, la gastronomía o la música— o los valores políticos que defiende. Todo ello puede servir para modificar la percepción y el comportamiento de terceros Estados. Tres son las formas identificadas por Nye: la cultura, los valores y la política exterior. Estos elementos son recursos efectivos de poder blando sólo cuando pueden pretender, respectivamente, ser atractivos para una nación extranjera (en el caso de la cultura), ser seguidos tanto en casa como en el extranjero (en el caso de los valores) y ser considerados legítimos y moralmente autorizados (en el caso de las políticas exteriores). Para Nye, un Estado debe aspirar al uso racional, eficiente y combinado de poder duro y poder blando, lo que denomina “Poder inteligente” (smart power).

El papel del poder blando en la complementariedad de los BRICS+ multipolares 

Cada miembro de los BRIC+ aporta un perfil complementario de poder blando que puede servir para completar los perfiles de las otras naciones, además se ha disociado al bloque de cualquier objetivo militar específico, aparte de promover la seguridad internacional.

El conjunto de los países BRICS+ representa una gran diversidad cultural entre ellos, una combinación de aliados diversos que fomenta la aplicación de un mayor poder blando. En la era de creciente regionalismo entre las potencias emergentes, el modelo común de fuerza a través de la amalgama parece subrayar el poder de la similitud para construir coaliciones que consigan una mayor influencia para las naciones emergentes en el sistema mundial.

El papel del poder blando tiene por objeto alimentar la maquinaria económica, es decir, asegurar fuentes de energía y mercados para las exportaciones, los Estados de los BRICS aunque formen un bloque orgánico son realmente muy diferentes. Excepto la República Popular China que tiene en su horizonte una sociedad socialista para 2049, en el resto de los países fundadores rigen constituciones liberales y economías de libre mercado.

El poder blando chino 

Como exponente del desarrollo del “poder blando” acometido por la República Popular China, en abril de 2019, China lanzó un nuevo grupo mediático llamado The Belt and Road News Network (BRNN), con la arquitectura de impulsar “el entendimiento, la amistad y la cooperación, y formando un mecanismo estandarizado de colaboración” entre los países y regiones que participan en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda.

 La BRNN es el resultado de las ideas planteadas por Xi Jinping en el primer Foro de la Franja y la Ruta en 2017. En la parte final de su discurso de ese año, Xi dijo: “También desarrollaremos una red de cooperación entre las ONG en los países a lo largo de la Franja y la Ruta, así como nuevas plataformas de intercambio entre personas, como una alianza de noticias de la Franja y la Ruta y una alianza de educación musical”. Un centro de comunicación que proporciona datos e información completos sobre los proyectos e inversiones de la Franja y la Ruta a lo largo del mundo 

En el Global Soft Power Index 2024 publicado por Brand Finance: EEUU y el Reino Unido ocupan las primeras posiciones, China ocupa el tercer puesto entre 193 países.

El poder blando se define como la capacidad de una nación para influir en las preferencias y conductas de diversos actores en el ámbito internacional (estados, corporaciones, comunidades, públicos, etc.) a través de la atracción y la persuasión en lugar de la coerción. Cada nación se califica con 55 métricas diferentes. en un momento de incertidumbre e inestabilidad global, las credenciales económicas son cada vez más importantes contribuyentes al poder blando de una nación. Los atributos de marca país como "economía fuerte y estable" y "productos y marcas que el mundo ama" surgen como impulsores clave de influencia y reputación en el escenario global. Esta tendencia explica el continuo predominio de las economías más grandes del mundo, como EEUU y China.

China reemplaza a Alemania en la tercera posición del ranking de poder blando, mejorando su puntuación general en +6,2, de 65,0 a 71,2, el más rápido que cualquier otra marca nacional en el Índice Global de este año. Este aumento está impulsado por una mejora significativa en las percepciones de China en métricas clave de Negocios y Comercio y Educación y Ciencia.

El ascenso de China en el concierto internacional no se puede entender solo desde su crecimiento económico, sino también desde las características que confiere la difusión de su cultura. En ese sentido, como una herramienta de acercamiento a otros países, con particular énfasis en aquellos en vías de desarrollo, China ha incorporado el soft power y le ha agregado “características chinas”, ha aplicado el dualismo de Sun Tzu, en el capítulo 5° “Sobre la firmeza” de su obra: «El arte de la guerra», donde se introduce la idea de que la fuerza efectiva es el resultado de la coordinación y la organización, así como de la capacidad para adaptarse a las circunstancias. Sun Tzu distingue entre la fuerza normal, medios directos (zheng) y la fuerza extraordinaria, medios indirectos (qi) que representan estrategias opuestas que se sintetizan en una estrategia de poder inteligente o cosmopolita, prácticas no solo para la conducción de las hostilidades, sino que también presentan una filosofía que valora la astucia y la adaptabilidad por encima de la fuerza bruta. 

Las traducciones del término “poder blando” varían en el ámbito académico chino, entre ellas se encuentran: ruanshili (软实力), ruanquanli (软权力), ruanliliang (软力量), ruanguoli (软国力) que son las más frecuentemente utilizadas. Usualmente, el concepto de Nye es el marco de referencia, aunque los académicos chinos sutilmente adaptan la definición original cuando es necesario, es decir de acuerdo a las circunstancias. Esto es muy propio de la cultura y de la lengua china mandarín: es decir, de acuerdo al contexto, el significado cambia sustancialmente 

Ha incorporado el soft power y le ha agregado “características chinas” particulares, desarrollando una estrategia para proyectar el soft power en el mundo a partir de su política exterior, basándose en su cultura milenaria, la cooperación internacional hacia los países en desarrollo y la promoción de su modelo exitoso de desarrollo económico. Más que la mera persuasión o la habilidad de movilizar a través de argumentos, aunque esto es importante, es aún más la destreza para atraer, y la atracción usualmente lleva a la aceptación y aprobación.

La ventaja del término poder blando es que ha desplazado el foco en torno a la diplomacia pública centrada en la seguridad nacional (como auspicia la UE en la actualidad) y ha proporcionado un lenguaje para argumentar que se preste mayor atención a la diplomacia pública centrada en la cultura. A través de sus valores culturales, sociales, sus instituciones. Francia empieza con las Alianzas Francesas en 1907. Italia con los Institutos Dante Alighieri en 1923. Gran Bretaña con el British Council en 1945, los Institutos Confucio nacen en 2004, arrancan con mucha fuerza. A la fecha hay más de 500 Institutos Confucio en 162 países.

Dado que el soft power es la capacidad de un país para tener influencia en eventos a través de la persuasión y la atracción, y no a través de la coerción militar y económica, entonces, según Joseph Nye, un país tiene mayor soft power si su cultura, valores e instituciones despiertan la admiración y el respeto en otras latitudes. China aplica herramientas clásicas de poder blando en los países en desarrollo, encabezando una ofensiva ideológica, de ahí la importancia central de la proliferación de Institutos Confucianos en todo el mundo, promoviendo los valores confucianos (que enfatizan los roles de la familia, la obediencia y la autoridad), dando así al PCCh un mayor respaldo ideológico, mientras se esfuerza por proteger su imagen en los países occidentales de forma defensiva.

En febrero de 2014, durante la primera reunión de la Oficina del Grupo Directivo Central para Asuntos del Ciberespacio, Xi Jinoing subrayó que era necesario “innovar y promover la propaganda en línea […] poniendo en práctica activamente los valores fundamentales socialistas”, en febrero de 2016, Xi pronunció un discurso en la Jornada de Noticias y Opinión Pública del Partido. Dijo: “El trabajo de noticias y opinión pública del Partido consiste en levantar en alto la bandera del marxismo-leninismo, promover una moral elevada, distinguir entre la verdad y la falsedad, unir a China y al extranjero y conectar con el mundo.”. Xi Jinping instó a la Televisión Central China (CCTV), rebautizada CGTN en 2016, a construir una nueva narrativa global. La expansión de plataformas de comunicación chinas por medio de la Agencia de Noticias Xinhua, el Diario del Pueblo, Radio China Internacional, la CGTN son herramientas estratégicas y geopolíticas en castellano que buscan replicar, amplificar y consolidar la presencia china en el mundo hispanoparlante

Las dos combinaciones 

En el Simposio sobre herencia y desarrollo cultural de junio de 2023, Xi Jinping explicó con detalle las ricas connotaciones de las “dos combinaciones” . Recalcó: "Desarrollar y desarrollar el socialismo con características chinas basado en los cimientos profundos de la civilización china durante más de 5.000 años, es la única manera de combinar los principios básicos del marxismo con la realidad específica de China y con la excelente cultura tradicional de China. Esta es nuestra exploración de la sociedad con características chinas. La comprensión de las regularidades derivadas del camino del socialismo es el arma mágica más grande para nuestro éxito".

Las "dos combinaciones”: el marxismo y la cultura tradicional de China tienen orígenes diferentes pero son altamente compatibles entre sí, crean "un nuevo cuerpo de vida cultural que está orgánicamente unificado, lo que permite que el marxismo se convierta en chino y la excelente cultura tradicional china; la moderna y la nueva cultura formada a través de la "combinación" se convertirán en "la forma cultural de la modernización china"; incorporando en las orientaciones de la política exterior china, la medida en que se buscaría la armonía en el mundo, el orden y la paz internacional, a través de un poder basado en los valores confucianos tales como la modestia, la tolerancia y la disposición a aprender. 

Las dos combinaciones proporcionan al camino del socialismo con características chinas una profundidad histórica más grandiosa y de mayor alcance y amplían la base cultural; es otra emancipación ideológica, que permite que el PCCh explore innovaciones teóricas e institucionales orientadas al futuro en un espacio cultural más amplio y lo pueda irradiar al exterior.

El despertar del dragón

Frente al auge de China, se elabora en la anglosfera occidental una “teoría de la amenaza”, según la cual el “despertar del dragón” producirá conflictos con sus vecinos y con otras potencias, tal y como ocurrió con Alemania o Japón en el siglo XX. Como réplica el presidente chino, Hu Jintao, esbozó por primera vez la idea de un «Mundo armonioso» (和谐世界, Hexie shijie) en 2005, presentado como una alternativa al sistema construido por Occidente. Es una extensión de la posición política interna, aplicada al ámbito de las relaciones internacionales chinas, fundamentada en Confucio, quien expuso el concepto “armonía sin uniformidad”, lo que quiere decir que el mundo está lleno de diferencias y contradicciones, a pesar de lo cual el hombre honrado debe equilibrarlas y conseguir la armonía.

El concepto de “armonía” (和, hé) se vincula con la idea confuciana de construir un nuevo tipo de relaciones entre Estados que no sea conflictiva, no confrontativa, basada en el reconocimiento de la diversidad que caracteriza a la humanidad (una idea muy distinta a la “universalidad” propuesta por Occidente), el respeto mutuo y la cooperación de beneficio compartido, que promueva la afinidad, sinceridad y tolerancia, y que fomente un sentido de comunidad. 

La idea de Tiānxià (天下), definido rápidamente como “todo lo que está bajo el cielo”, sostiene que las soluciones a los problemas de la política mundial dependen de un sistema mundial universalmente aceptado y no de la fuerza coercitiva; por otro lado, dicho sistema está justificado en términos políticos si sus acuerdos institucionales benefician a todos los pueblos de todas las naciones; y, por último, dicho sistema funciona si genera armonía entre todas las naciones y las civilizaciones.


La política del “Mundo Armonioso” se sustenta en cinco elementos:

Una estrategia ganar-ganar (win-win), 

Un desarrollo pacífico, 

Un respeto a la diversidad, 

Una cooperación y coordinación,

Una coexistencia pacífica.

La inclusión de la civilización china se ejemplifica por la coexistencia armoniosa de diversas creencias religiosas y la apertura de la cultura china a las civilizaciones del mundo. Las iniciativas propuestas por China, como la Iniciativa de Desarrollo Global, la Iniciativa de Seguridad Global y la Iniciativa de Civilización Global, exigen la prosperidad compartida y los intercambios entre culturas. Elementos claramente antagónicos con las políticas norteamericanas que tienen como elemento común la seguridad nacional y el excepcionalismo de Estados Unidos.

Acorde con su pasado, China piensa en el largo plazo y elabora ideas capaces de sostener una nueva configuración de lo que se entiende por gobernanza global. Para el año 2049, cumpliendo el centenario de la RPCh, Xi Jinping propone a su pueblo el «Sueño Chino» de alcanzar una «sociedad moderadamente próspera» y un «país socialista, próspero, moderno, fuerte, democrático, civilizado y armonioso», base de una «ecocivilización».

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