Acuerdo climático China-Europa, hacia la cumbre de Glasgow
Acuerdo climático China-Europa, hacia la
cumbre de Glasgow
Juan López Páez
La próxima ronda de conversaciones global sobre el clima patrocinada por la ONU, la COP26, se celebrará en Glasgow del 9 al 19 de noviembre y será importante de uno u otro modo. Es la oportunidad para que el Acuerdo de París de 2015 se someta a otra ronda de compromisos nacionales actualizados capaces de dar cuenta de la realidad cada vez más alarmante de la emergencia climática. Dos actores llamados a entenderse, China y la UE han hecho bandera de su política medioambiental
CHINA
El concepto de "Civilización ecológica" de China
Para reconducir la crisis climática es necesario llevar a cabo una profunda transición tecnológica a nivel global en un tiempo relativamente breve que sólo se podrá desarrollar con un fuerte impulso de los gobiernos, la sociedad civil, el mundo de la ciencia, las empresas y el sector financiero internacional. Para ello, se precisa la fuerza movilizadora de una nueva visión y una nueva forma de capturar el conocimiento científico emergente acerca de las relaciones ecológicas entre el ser humano y la biosfera, La civilización china, por su sentido "holístico", es decir utiliza una visión integral y completa en el análisis de una realidad, por ello está bien equipada para afrontar ese cambio en la forma de “repensar el mundo” que precisa la emergencia climática y la crisis medioambiental. El concepto de civilización ecológica defendido con convicción por el presidente Xi Jinping e incorporado a la Constitución del país es un ejemplo importante de esa renovación conceptual.
China se ha convertido en un destacado valedor del Programa Medioambiental de las Naciones Unidas (United Nations Environment Programme, UNEP) y ha hecho de la preservación ambiental, dentro y fuera de sus fronteras, un elemento relevante de su soft power internacional. La Conferencia de las Partes sobre Biodiversidad, CBD15, que se celebró en China en mayo 2021, supuso la puesta de largo del país asiático en un foro mundial respecto a las soluciones basadas en la naturaleza para contrarrestar la desaparición de la diversidad ecológica y la pérdida de las funciones de los sistemas naturales, ámbito en el que China se ha convertido en años recientes en una referencia internacional.
Asimismo, China está inmersa en un cambio de modelo económico, necesita transitar hacia un modelo macroeconómico basado más en la demanda interior que en la exportación, así como en posicionar sus cadenas productivas en segmentos de alto valor añadido industrial, elementos propios de la economía del conocimiento y la innovación. Precisa ir dejando atrás un modelo manufacturero industrial muy intensivo energéticamente
En septiembre 2020, en su intervención ante la Asamblea General de la ONU, Xi Jinping anunció que su país llegaría a la neutralidad de carbono para 2060 y alcanzaría su pico antes de 2030, en lugar del “hacia 2030" Xi hizo públicos más detalles de su revolución verde en diciembre, en la cumbre virtual para conmemorar los cinco años del Acuerdo de París: para 2030 China triplicará su capacidad de energía eólica y solar para situarla en más de mil millones de kilovatios, aumentará el porcentaje de combustibles no fósiles en su cesta energética (al 25%, un 5% más que el compromiso anterior), reducirá sus emisiones por unidad de PIB más de un 65% respecto al nivel de 2005 (el objetivo anterior era bajar entre un 60% y un 65%) y ampliará sus bosques. Para que quede clara la seriedad con la que China toma esta promesa, a finales de diciembre la Conferencia Central de Trabajo Económico, en la que se fijan las prioridades económicas anuales, incluía el compromiso de desarrollar “una iniciativa nacional a gran escala a favor del medioambiente” entre sus 8 objetivos prioritarios.
"Por primera vez, China ha señalado que no solo está dispuesta a participar en la lucha internacional contra el cambio climático, sino que el liderazgo climático ha cruzado el rubicón geopolítico a ojos de Pekín. En otras palabras, se ha convertido en una prioridad central para China, con independencia de los pasos dados por otros países, incluido EEUU”, afirmaba el presidente de la Asia Society, Kevin Rudd, en la edición china del Financial Times.
Los pasos de China tienen no solo motivaciones geopolíticas, sino también económicas y de política interna. “Vamos a promover un desarrollo social y económico más verde en todos los aspectos, al tiempo que buscamos un desarrollo de gran calidad”, apuntó Xi en su discurso de diciembre. El XIV Plan Quinquenal, que regirá la economía china entre 2021 y 2025, y el documento de objetivos para 2035 prevén un giro hacia la autosuficiencia, y que la innovación sea el reactor principal del nuevo modelo económico chino. Xi considera que las nuevas tecnologías de energías limpias —los vehículos eléctricos, la energía solar o la nueva generación de infraestructura eléctrica— serán motores clave de ese modelo. China ya es el principal productor de paneles solares del mundo y fabrica un tercio de las turbinas eólicas del planeta. Los pasos hacia la neutralidad de carbono contribuyen, además, a la autosuficiencia energética del país, al reducir el uso de combustibles fósiles en beneficio de las energías renovables.
China tras el Acuerdo de París de 2015
La posición de China hacia el cambio climático se ha modificado de manera importante en la última década, pasando de ser el principal obstáculo a los acuerdos internacionales en la cumbre de Copenhague, a convertirse en uno de los artífices del Acuerdo de París.
El 18 de mayo de 2018, el CC del PCCh celebró la Conferencia Nacional sobre Protección Ecoambiental, cuyo punto culminante fue el arranque del pensamiento de Xi Jinping sobre la Civilización Ecológica. El secretario general, Xi Jinping, propuso para China una nueva etapa, expuso la directriz general y la estrategia para promover la civilización ecológica y construir una China plena en la nueva era. El término "Civilización ecológica” (CE), fue consagrado en la Constitución del Partido Comunista de China en 2012
El presidente Xi Jinping ha situado el concepto de civilización ecológica en un lugar prominente de su visión estratégica, en la conferencia "Pushing China’s Development of an Ecological Civilization to a New Stage" , tras citar a los grandes clásicos de la cultura china –El libro de las mutaciones, el Tao Te Ching de Lao Tse, Mencio y Xunzi–, sentaba inspiradores principios para guiar el avance hacia civilización ecológica al señalar: “Estos conceptos enfatizan la importancia de unificar el Cielo, la Tierra y el hombre, siguiendo el camino y las reglas de la naturaleza y utilizando aquello que ésta nos ofrece con paciencia y frugalidad, y muestran que nuestros antepasados ancestrales comprendieron muy bien la necesidad de desarrollar una adecuada relación entre el hombre y la naturaleza… La humanidad es una comunidad con un futuro compartido”.
El concepto de civilización ecológica apareció por primera vez en documentos oficiales del gobierno en el XVII PCCh en octubre de 2007. En su informe al PCCh, el presidente Hu Jintao propuso que China “construya una civilización ecológica y un modelo de crecimiento y consumo, así como industrias que son frugales en el uso de energía y recursos y protegen el medio ambiente ”
Según el Programa Medioambiental de las Naciones Unidas, China ha invertido en renovables desde 2010 hasta mediados de 2019 un total de 758.000 millones de dólares, el 29% del total mundial. Según un informe conjunto reciente de Global Energy Monitor y del Centre for Research on Energy and Clean Air (CREA), se prevé que las inversiones en renovables en 2020 alcancen, a pesar del impacto causado por la pandemia, los 70.000 MW de potencia, repartidos a partes más o menos iguales entre la tecnología solar fotovoltaica y la eólica.
Libro Blanco
La publicación de “Libros blancos” se ha convertido en una herramienta importante de la República Popular China para manifestar los logros en áreas específicas y los objetivos que se propone el país para los próximos años en determinados ámbitos. La publicación de un “libro blanco” es una señal de la importancia que le otorga el gobierno chino a una temática, el 21 dic. 2020 la Oficina de Información del Consejo de Estado de China publicó su libro blanco, titulado "Energía en la nueva era de China"
La parte principal del libro blanco se divide en siete secciones: desarrollo de la energía de alta calidad en la nueva era, logros históricos en el desarrollo energético, esfuerzos integrales para reformar el consumo de energía, construir un sistema de suministro de energía limpio y diversificado, aprovechar el papel de la innovación como el motor principal de desarrollo, profundizar la reforma del sistema energético integral, y fortalecer la cooperación energética internacional en todos los ámbitos
China es uno de los pocos firmantes del Acuerdo de París que ya le puso fecha a la huella de carbono cero en su territorio, lo que reduciría entre 0,2 y 0,3°C el aumento de la temperatura global para el 2100. Según el vicepresidente de Asia-Pacífico de Wood Mackenzi, reconocida empresa consultora de energía: “En el mundo el único país que tiene la capacidad de tener como objetivo sobre la reducción de emisiones de dióxido de carbono (Co2), sería China” señaló, el China tiene un plan a futuro para 40 años en el que se propone aplicar políticas de reducción de dióxido de carbono. El esfuerzo apuesta a alcanzar las emisiones máximas de dióxido de carbono para 2030 y lograr la neutralidad de carbono para 2060.
XIV Plan Quinquenal de China
A comienzos de 2021, el PCCh aprobó el documento: XIV Plan Quinquenal de China (2021-2025) para el Desarrollo Económico y Social Nacional y los Objetivos a Largo Plazo hasta el año 2035 el que se perfilaron las grandes decisiones económicas de los próximos años, incluyendo las que afectan a la política energética y, en consecuencia, de forma indirecta a las emisiones que se derivan del sistema energético. Dicho documento es con diferencia el de mayor importancia en la planificación del país asiático, ya que constituye la médula espinal en la que han de encajar el resto de documentos de estrategia y planificación de todos los sectores de la economía.
Tiene como objetivo marcar el comienzo de una "nueva etapa de desarrollo" más orientada hacia el interior que apunta al "desarrollo de calidad". En la primavera de 2020, el CC del PCCh encabezado por Xi Jinping, esbozó un plan estratégico sobre el futuro para entrar en una nueva etapa, un salto en el proceso histórico de la gran remodelación de China. De julio a septiembre, el presidente Xi Jinping presidió seis simposios. Fortalecer la combinación de diseño de alto nivel y las voces del pueblo es la característica más distintiva en la redacción del XIV Plan Quinquenal. Este es un ejemplo vívido de la democracia intrapartidista del PCCh y la democracia socialista de China.
En octubre de 2020, se celebró la quinta sesión plenaria del XIX Comité Central del PCCh en Beijing. El 29 de octubre, la reunión adoptó las versiones propuestas del XIV Plan Quinquenal (2021-2025). El XIV Plan Quinquenal propuesto no solo establece los principales objetivos de desarrollo económico y social para los próximos cinco años, sino que también describe la hoja de ruta de 15 años para la modernización de China. La propuesta presenta el tema de aplicar el nuevo concepto de desarrollo y fomentar un nuevo patrón de desarrollo para promover el desarrollo de alta calidad basado en la nueva etapa de desarrollo. Este es el primer plan de mediano a largo plazo con metas a largo plazo de 15 años, formulado por el Comité Central del Partido desde el comienzo del nuevo siglo, marcando una posición histórica extraordinaria.
El plan del liderazgo chino para el desarrollo de China de 2021 a 2025 prioriza lo que llama el "ciclo interno", mediante el cual apunta a fortalecer la economía nacional y consolidar el desarrollo social. El objetivo es reducir lo más rápidamente posible la dependencia de la tecnología extranjera y la dependencia de los recursos importados, y redoblar los planes existentes de modernización industrial e innovación tecnológica.
El objetivo a largo plazo de esta nueva estrategia de desarrollo, lejos de los objetivos de crecimiento económico y hacia la resiliencia sistémica, no es solo la autosuficiencia en recursos esenciales y tecnologías clave. Su objetivo declarado es convertirse en una "superpotencia de fabricación" y un líder mundial en industrias emergentes de importancia estratégica. Al declarar su "objetivo a largo plazo" de "básicamente completar la modernización socialista" para 2035, el PCCh incluso sugiere un marco de tiempo en el que planea cumplir este ambicioso objetivo.
A diferencia de sus predecesores, el XIV plan quinquenal no contiene metas concretas para el crecimiento del PIB y solo una pequeña cantidad de otras metas económicas. Dadas las crecientes tensiones internacionales y lo que el documento llama "desafíos nunca vistos en un siglo", omitir objetivos podría ser prudente.
El plan consta de 19 secciones (篇), 65 capítulos (章) y 175 subsecciones (节). Identificamos 12 áreas de política general y contamos los capítulos de cada una (ver Anexo 1). La mayor parte se dedica a fortalecer las bases socioeconómicas nacionales de China (14%) y a apoyar la tecnología y la innovación (también 14%). El espacio dedicado a estos temas otorga más protagonismo a estas áreas que a otras más tradicionales como la infraestructura y la urbanización. Incluso superan en número a los capítulos sobre reformas del sector público y bienestar.
La sostenibilidad, la infraestructura y la urbanización son menos pronunciadas que en los dos últimos planes; la cultura y la ideología han ganado peso, a medida que la “institucionalización del pensamiento de Xi Jinping” en los sectores cultural y educativo se está convirtiendo en una constante en el entorno político actual de China. Beijing ve la conciencia política como una parte integral del "desarrollo de calidad" que prevé para China.
Los capítulos dedicados a los servicios públicos, Hong Kong y Macao, y la defensa son relativamente estables en número. Por otro lado, la innovación “solo” se menciona 164 veces, en comparación con 207 en el plan anterior, aunque esto puede explicarse por el hecho de que el último plan tiene menos capítulos generales que su predecesor. Después de todo, el decimotercer plan quinquenal tenía que introducir la estrategia Made in China 2025
Una nueva sección principal sobre digitalización muestra que sigue siendo una prioridad clave. La palabra “digital” (数字) se menciona 80 veces en comparación con cuatro veces en el decimotercer plan quinquenal. Hay un cambio cualitativo del decimotercer plan, que trataba más de construir bases digitales, al decimocuarto plan, que ahora impulsa la aplicación general de soluciones digitales e inteligentes en la economía, la gobernanza y el sector social. La seguridad nacional es otro tema clave y cada vez más se nombra junto con la alimentación, la energía, la tecnología e incluso las cuestiones culturales.
El desacoplamiento no es una opción todavía
La “estrategia de circulación dual” del plan se refiere a las economías nacional e internacional y es vista por algunos observadores como una señal temprana de disociación. Pero el concepto se menciona solo cuatro veces en el documento y su enfoque está claramente más en el “gran ciclo interno” (大 内 循环) que se ve como la base del desarrollo del país. El llamado ciclo internacional, es decir, la economía mundial, se considera un medio tanto para fortalecer la economía nacional como para mejorar la eficiencia.
Esto es menos el inicio de una estrategia de disociación que un modelo conceptual para ver los intereses económicos nacionales junto con los extranjeros. Las relaciones económicas internacionales siguen siendo fundamentales para muchos de los objetivos del XIV Plan quinquenal. Pero la implicación es que el PCCh ve la internacionalización de la economía china no como un objetivo en sí mismo, sino como un apoyo para la modernización y el desarrollo internos.
Proyectos especiales para un mayor empuje.
Los planes quinquenales también incluyen tablas que enumeran proyectos e iniciativas clave. Estos identifican prioridades políticas específicas, sectores y proyectos nacionales considerados centrales para las metas de desarrollo social, económico y tecnológico del plan. El nuevo plan describe 119 proyectos clave en 19 tablas, en comparación con 165 en el plan XIII, con más de un tercio de ellos, o 46, para ser exactos, en las áreas de modernización industrial, innovación tecnológica y digitalización.
Con 27 proyectos clave en las áreas de construcción y desarrollo regional, la infraestructura sigue siendo fundamental. Aunque los proyectos son menos extensos y menos numerosos, China está considerando 30 nuevos aeropuertos y miles de kilómetros de nuevas carreteras y ferrocarriles. La infraestructura sigue siendo el enfoque predeterminado para crear crecimiento económico y brindar oportunidades económicas, mientras que la modernización de las áreas rurales y los centros urbanos más pequeños sigue siendo parte del impulso para revitalizar las áreas rurales debilitadas por la migración.
Un nuevo enfoque en la investigación básica.
Los laboratorios y centros de investigación que trabajan en ciencia de vanguardia y en tecnologías de importancia estratégica a largo plazo están preparados para recibir nuevos niveles de apoyo. El plan no detalla pasos concretos, pero enfatiza que la investigación básica es la base del desarrollo científico y tecnológico.
Muchas de las tecnologías a las que se dirigen proyectos clave ya se mencionaron en el XIII Plan quinquenal, por ejemplo, inteligencia artificial (IA), ciencia cuántica y computación en la nube, y son requisitos previos para que China se convierta en una "superpotencia de fabricación". Pero su nueva prominencia en el último plan también es una reacción a las crecientes tensiones internacionales sobre el acceso a la tecnología y los recursos. Las tecnologías emergentes estratégicas como blockchain, semiconductores y la inteligencia artificial de próxima generación se destacan de manera más prominente que antes.
PACTO VERDE EUROPEO
Los 3 grandes proyectos de descarbonización de la economía son el "Pacto Verde Europeo", el "Green New Deal" de EEUU proyectado por Biden y la "Civilización ecológica" cuyos planes estratégicos viene desplegando China en el desarrollo de nuevas tecnologías y sus impactos geopolíticos a nivel global.
El Pacto Verde Europeo intenta lograr que la UE sea la primera región climáticamente neutra del planeta para 2050 y tiene pretensiones de colocar la UE como líder mundial de este proceso, dispuesta a establecer relaciones estratégicas a través de la denominada “Diplomacia por el Pacto Verde”«a través de todos los canales diplomáticos, tanto bilaterales como multilaterales»
Parte de una "Ley del Clima" con distintas iniciativas para la descarbonización del mix de energía, vía fuentes renovables, como la solar fotovoltaica, la eólica marina o el hidrógeno verde; el tránsito a la economía circular, menos intensiva en recursos naturales; un programa masivo de rehabilitación de edificios para mejorar su aislamiento; la apuesta por la movilidad sostenible e inteligente; una estrategia de conservación de la biodiversidad y la reforma de la agricultura y del uso del suelo, con la estrategia «de la granja al tenedor». Para ello se desplegarán medidas de fiscalidad «verde» y correctoras del mercado, con la reforma del sistema de comercio de derechos de emisión. En un contexto altamente financiarizado y ante una visible «trampa de liquidez», con tipos de interés negativos, se asume la necesidad de reorientar el sistema financiero y el capital privado a la transición ecológica, con el papel central de la inversión pública masiva. El protagonismo, más que la banca pública, se ubica en las finanzas privadas, con el Estado en papel subsidiario como garante y reductor de riesgos. Lo anterior integra elementos presentes en las propuestas del Green New Deal sobre desfinanciarización, inversión y deuda pública, creación de empleo y "transición justa"
El Pacto Verde Europeo plantea la necesidad de añadir a los futuros acuerdos de asociación de la ue un compromiso vinculante con la ratificación y aplicación efectiva del Acuerdo de París, a modo de cláusula ambiental análoga a la cláusula democrática que desde los años 90, de manera obligatoria, se incluye en todos los acuerdos de la UE con terceros países
Esta estrategia multidimensional se coloca como el eje articulador de las diversas políticas de la UE en todos los sectores. Por lo tanto, tiene implicaciones científico tecnológicas, de seguridad y defensa y un potencial impacto geopolítico a nivel global. Sus principales metas son:
-Modernización y transformación de la economía para obtener la neutralidad climática en 2050, es decir, una reducción drástica de emisión de gases de efecto invernadero a niveles equivalentes a los que la tierra es capaz de absorber
-Transformación del sector industrial en todas sus cadenas de valor en los próximos 5 años, significará la destrucción o reconversión de complejos industriales completos, que serán sustituidos por nuevos complejos industriales que dependerán, a su vez, de nuevos ciclos tecnológicos ("destrucción creadora" de Schumpeter).
-Una Estrategia Industrial y un nuevo Plan de acción económica circular que busca establecer “derechos de reparación ambiental”, colocar un “coto a la obsolescencia programada” por las empresas y establecer prácticas de “uso compartido de productos y servicios”.
-Creación de un sistema de financiamiento a partir de diversos instrumentos y productos financieros con fondos del presupuesto del bloque y los Estados miembro e inversiones privadas (InvestEU, Fondo de Innovación del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la EU, etc.). Además, la Comisión ha propuesto que el 25% del presupuesto de todos los programas de la UE sea destinado a la dimensión climática. Se estima que, a lo largo de 10 años, el bloque destine al menos 1 billón de euros a la transición ecológica.
-Desarrollo de tecnologías de vanguardia en sectores industriales claves. Entre las áreas prioritarias se contemplan: la producción de hidrógeno limpio, pilas de combustible y otros combustibles alternativos, así como el almacenamiento de energía, y la captura, almacenamiento y utilización de carbono.
-Creación de un sistema de tasas a los procesos económicos que no atiendan las demandas y directrices del Pacto Verde y/o que dependan intensivamente de la energía fósil.
-Creación de sistemas de información y bases de datos actualizadas para la toma de decisiones de empresas, gobiernos en todos los niveles, inversionistas, científicos, académicos y ciudadanía.
-Protección del llamado “capital natural” europeo, que incluye biodiversidad, recursos hídricos, suelos ecológicos.
Confluencia medioambiental China-UE
La dupla China-UE es crucial para alimentar la ambición de una política climática global. La UE ha actualizado el marco de referencia en el que sitúa sus relaciones con China. Así, el documento conjunto de la Comisión Europea y del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad aprobado en marzo de 2019 con el título "EU-China – A Strategic Outlook" ha introducido importantes cambios conceptuales a la hora de definir dicha relación. Entre ellos, dejar de considerar a China como país en vía de desarrollo dadas su envergadura económica y su nivel tecnológico.
Asimismo, clasificar las relaciones de manera más compleja y sutil que en el pasado: “China es simultáneamente, en función de las diferentes áreas políticas, un socio cooperativo con quien la UE tiene objetivos estrechamente alineados, un socio negociador con quien la UE precisa encontrar un equilibrio de intereses, un competidor económico a la búsqueda ambos del liderazgo tecnológico y un rival sistémico que promueve modelos alternativos de gobernanza”.
Para la agenda climática, China y la UE se necesitan mutuamente, ya que ninguna de las dos partes está en condiciones por sí misma de resolver un problema que es global en sus causas y en sus consecuencias. El citado documento indica en ese sentido que “China es un socio estratégico en el ámbito del cambio climático y la transición energética… Nuestra colaboración es esencial para el éxito de la acción climática global, los avances en la transición energética y la gobernanza de los océanos”.
Corroborando esta idea, Xi Jinping subrayó en su declaración en la cumbre virtual de diciembre para conmemorar los 5 años del Acuerdo de París: “Para hacer frente al desafío climático, nadie puede permanecer distante”, y añadió: “El unilateralismo no nos llevará a ninguna parte. Solo mediante el multilateralismo, la unidad y la cooperación podemos lograr beneficios compartidos para todos los países”.
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