La bandeja de conceptos de Von der Leyen
La bandeja de conceptos de Von der Leyen
Juan López Páez
El apodo de “Die Führerin” (la conductora, en alemán) para Úrsula von der Leyen es apropiado, el 15 de julio 2019 tomaba el cargo de Presidenta de la Comisión Europea y si se analiza el campo léxico que utilizó, una serie de términos mayoritarios que leyó en su discurso inaugural del Pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo observamos que pronunció “liderazgo” (17 veces) “Europa” se menciona 56 veces, 51 veces “europeo”, inmediatamente detrás están palabras unificadoras como “nuestro” (39) y “pueblo o gente “(32), seguidas por las instituciones asistenciales más importantes “Comisión” (31), “Parlamento” (30) y “Unión” (24)
Apenas había comenzado su discurso cuando ya había hecho 9 promesas, incluida la de un País de las maravillas de Alicia, la de poder vivir en "un mundo lleno de nuevas tecnologías y valores profundamente arraigados", la nueva lideresa de la UE anunció que su Comisión escucharía a los ciudadanos europeos y actuaría con decisión cuando tenga sentido "que actuemos". Y que "permitirá a los actores nacionales, regionales y locales actuar allí donde sus acciones tengan sentido".
Al igual que su predecesor, Jean-Claude Juncker, la alemana también pidió que se eliminase el principio de mayoría por unanimidad en las decisiones de política exterior (el Tratado de la UE lo permite). Esto requiere cambios en los tratados, de los cuales son responsables los Estados miembros, no la Comisión Europea.
Crear grandes metas y lejanas
Según el trabajo de la OTAN sobre la comprensión de la guerra cognitiva en perspectiva comparada: “La superioridad cognitiva es el estado de poseer y aplicar una comprensión más rápida, profunda y amplia, y una toma de decisiones más efectiva que los adversarios”. La investigadora cognitiva Elisabeth Wehling había demostrado en un experimento lo fácil que es utilizar determinados términos para evocar imágenes en la mente de la gente común que determinan cómo la gente ve las decisiones políticas.
Las palabras vacías (Worthülsenbeschuss) funcionan como la programación. Esto significa que frases vacías como "transición energética", autopista energética”, "pacto de crecimiento" por poner algunos ejemplos, evocan un estado mental. En julio 2019 Von der Leyen afirmó en Estrasburgo: “Quiero que Europa se convierta en el primer continente climáticamente neutro para 2050. Para lograrlo, debemos tomar medidas audaces juntos”, pero ni siquiera Alemania, autoproclamada nación pionera en materia climática, ha alcanzado los objetivos adoptados hace 30 años. Ella simplemente dice “estamos en camino de alcanzar nuestros ambiciosos objetivos en el marco del Acuerdo de París y los objetivos para 2030” y anuncia que quiere “avanzar más lejos y más rápido”.
El 16 de septiembre de 2020 en su primer discurso sobre el estado de la Unión apostaba por un liderazgo europeo en el mundo para organizar el mundo del mañana, tomando la gestión de la crisis de la pandemia como reto. Se valió de una frase de su modelo, Angela Merkel. "Lo lograremos", profirió la canciller alemana en 2015, cuando se refirió a la crisis de refugiados. "Podemos hacerlo", dijo Ursula von der Leyen poniendo el listón bien alto, hoy día en el estado prebélico en que se sumerge la UE apercibimos el resultado.
De las promesas hechas en 2022 por Ursula von der Leyen algunas se devaluaron como un “Fondo Europeo de Soberanía" para financiar proyectos nacionales de tecnología punta que pronto se topó con la resistencia de la mayoría de los Estados miembros, que se oponían a la emisión de nueva deuda de la UE para crear un fondo común, como se hizo durante la pandemia de coronavirus. En una notable derrota, el equipo de von der Leyen se vio obligado a rebajar el fondo de soberanía y convertirlo en la Plataforma Estratégica Tecnológica Europea (STEP), una dotación de 10.000 millones de euros incluida en la revisión del presupuesto plurianual del bloque en 2023.
En su discurso ante la Eurocámara en julio de 2024, reflejaba las prioridades políticas en un documento de unas treinta páginas circuladas a todos los grupos políticos poco antes de su intervención ante el Parlamento Europeo, uno de los hábitos de la alemana a hacer referencia a grandes objetivos “en los primeros cien días”, apostillando que todos ellos se sabía que eran difíciles de cumplir, un brindis al sol destinados a dar forma a su discurso. La alemana hizo promesas en ese sentido: un plan para la industria limpia en sus primeros cien días al frente de la nueva Comisión Europea.
El escritor Peter Kuras desde las páginas de Foreign Policy describe como un personaje con un historial tan mediocre llegó a una posición tan poderosa. Los alemanes pueden tener fama de ser fríos y racionales, pero las madres desempeñan un papel sorprendentemente importante en la cultura política. Para los nazis, la maternidad era lo máximo que una mujer podía aspirar a lograr. Convirtieron el Día de la Madre en fiesta nacional en Alemania y recompensaron a las madres ejemplares con la “Mutterkreuz” o "Cruz de la Madre". Sin embargo, las madres fueron quizás aún más esenciales en la posguerra, cuando Alemania fue reconstruida en gran medida por las llamadas Trümmerfrauen, mujeres que tomaron sus nombres de los montones de escombros que ayudaron a limpiar y reutilizar mientras sus esposos y padres esperaban su liberación de los campos de prisioneros de guerra. En este contexto, no puede sorprender que las mujeres poderosas sean casi inevitablemente maternales en Alemania. La canciller alemana, Angela Merkel, se convirtió en una notable excepción, pero solo porque superó la carga —en forma de crítica pública y escepticismo mediático— asociada con su infertilidad.
La comprensión de Merkel de esta dinámica explicaría la confianza que depositó en una política regional sin experiencia al comienzo de su cancillería. Von der Leyen parecía, sin duda, la personificación perfecta de la maternidad: con siete hijos, ya había ascendido en los rangos más bajos de la clase política alemana, a la vez que se proyectaba como una especie de supermamá, que preparaba tarteras y atendía a los niños mientras gestionaba los asuntos de Estado.
Lo que es realmente notable es que ha fracasado de forma casi idéntica a sus dos anteriores cargos. Al frente de la Bundeswehr (FF. AA alemanas), confió las compras del ejército a la lógica de mercado neoliberal propugnada por consultores de gestión, y las cosas no salieron bien. Unos años más tarde, como responsable de las compras de vacunas en Europa, enfrentó críticas por confiar demasiado en el libre mercado y no insistir en un control centralizado de la producción y distribución de vacunas dentro de la UE, ahora es la propulsora del endeudamiento de los 27 países comunitarios con su política de rearme militar.
Después de la amenaza de la Presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, de denunciar ante los tribunales comunitarios, los planes de la ejecutiva de la UE (Comisión Europea) por eludir a los eurodiputados electos en materia de gasto de defensa y por los esfuerzos de su presidenta, Úrsula Von der Leyen para acordar el gasto de defensa evitando así su legislatura, se podría comentar “Después de lo cual su potencial de liderazgo ya no puede darse por sentado”
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